Fue el abrazo más intenso de mi vida. Noté sus ganas de
verme, su ilusión de volver a empezar conmigo con sólo mirarme. Vi en sus ojos
un brillo distinto, y vi en su rostro a la Ariadna de siempre. A la de los
recreos del instituto, la de todos los días. Dejamos de abrazarnos, y nos
despedimos de Valentín. Antes de irse, él me guiñó un ojo; me lo tomé como una
señal para darme ánimos. Los necesitaba y mucho.
Entramos y nos fuimos a mi cuarto, donde ella dejó el montón
de maletas que llevaba. Abrió una, y me dijo: ‘’ Es todo para ti. ‘’
Había de todo. Mantas, ropa, tazas, cuadros,
zapatillas…
- -Wow, cuántas cosas. ¿Son para mí?
- -Las he ido comprando poco a poco. Es para
decorar nuestro piso.
- -¿Nuestro piso?
- -Sí, he comprado un piso en el centro. Me dan las
llaves el lunes.
Me quedé boquiabierta. Sabía esa información pero no podía
dejar de sorprenderme. Era cierto, estaba aquí, conmigo de nuevo, y había un
piso sólo para nosotras, para construir nuestra nueva vida juntas.
- -Vaya… no tengo palabras.
- -¿Estás ilusionada? Te noto un poco rara.
- -No.. no es nada.
- -¿Seguro? Ha pasado algún tiempo pero sigo
sabiéndome de memoria todas tus miradas. Va, dime, ¿pasa algo?
- -No es nada, Ari.
- -¿Te estás agobiando? Es lógico, de repent…
- -Que no, no es nada de eso.
- -¿Entonces?
- -No creo que sea el momento.
- -¿El momento para qué? ¿Qué pasa?
- -Yo… debo decirte algo.
- -¿Qué es?
- -Pues… a ver… desde que te fuiste me sentía muy
sola… y entonces empecé a salir a concocer gente nueva… y conocí a Bianca.
- - ¿Bianca?
- - Sí… al principio no pasó nada, pero después…
- -Celeste… no…
- -Entiendeme, creía que no ibas a venir de verdad,
creía que eran ilusiones.
- -¿Cómo que sólo eran ilusiones? Celeste, por
dios, te estuve llamando cada día, cada noche, para decirte todo lo que estaba
planeando hacer, y tú ni siquiera me cogías el teléfono.
- -Lo sé, pero me sentía muy mal y por eso no lo
cogía… Lo siento.
- -¿Que lo sientes? Pfff… No me lo puedo creer
Celeste. En serio, con todo lo que yo he dado para estar ahora aquí, y tú te
vas con otra chica.
- -Ariadna, ponte en mi lugar, por favor.
- -No sé si sabes que yo he estado en el mismo
lugar que tú.
Me quedé sin palabras. En ese momento me sentía fatal, como
una rata. Sentí que se iba ese destello de sus ojos, y ahora sólo había
lágrimas.
- - Ya no sé qué es lo que hago aquí. – me dijo
entre lágrimas. – Me voy de aquí.
- - No te vayas… quiero explicártelo.
- -¿Explicarme el qué?
- -Ari… esa chica me ha hecho feliz el tiempo que
tú no estabas. Me ha hecho volver a sentir cosas… pero nunca dejé de pensar en
ti. Me sentía muy mal y no he sido capaz de decírtelo… Por favor no te vayas.
- -Me has decepcionado muchísimo. Me lo esperaba de
cualquier persona menos de ti.
- -¿Te vas para siempre?
- -No me voy, me has echado tú.
Cogió sus maletas y noté cómo cerró la puerta. La vi por la
ventana, llamó a Valentín y luego dobló la esquina. No quería que pasara nada
de esto, quería volver atrás y cambiar todo lo que había hecho, pero estaba
claro que era imposible. Había perdido a las únicas dos chicas que me habían
querido de verdad. Pero me dolía más haber decepcionado a Ariadna. Fui estúpida
al pensar que su promesa era una mentira o una ilusión… No quería perderla por
nada del mundo.
Ya por la noche, llamé a Valentín.
- -Hola…
- -Hey, Celeste.
- -¿Cómo está Ari?
- -Está bastante mal, Celeste. No ha querido comer
nada, y no quiere salir de la habitación.
- -Joder... ¿puedo ir a verla?
- -No creo que sea una buena idea, la verdad.
- -Pero quiero arreglar esto, Valen. Necesito
hablar con ella.
- -Ya… pero no sé, no quiero que se ponga peor de
lo que está.
- -Voy a ir, ¿vale?
- -Bueno, como quieras, pero si no quiere hablar
contigo te vas, ¿vale?
- -Sí. Ahora voy.
Cogí una chaqueta y me fui corriendo. Llegué en escasos
veinte minutos, llamé a la puerta y me
abrió Valentín.
- -Está arriba. Por favor, se comprensiva. Está
pasándolo mal.
- -Sí, lo sé.
Subí despacio. Abrí la puerta y entré. Estaba tumbada en la
cama de lado, mirando hacia la ventana.
- -Hola
- -¿Qué haces aquí?
- -Quiero hablar contigo.
- -Pues yo no.
- -Oye.. Ari.. por favor, escúchame.
- -¿Qué es lo que quieres ahora?
- -Perdóname.
- -Como si fuera tan fácil… - se sentó en el filo
de la cama - ¿cómo has podido hacerme esto?
- -Ariadna, por favor… Te fuiste muy lejos y yo me
sentía sola. Sé que lo he hecho muy mal, pero sabes que yo te quiero. Sabes que
has sido mi primer amor, y sabes todo lo que he hecho por ti siempre. Sé que lo
he hecho super mal ahora, pero necesito que me perdones, porque las cosas van a
cambiar.
- -No te creo nada…
- -¿Por qué no?
- -Porque yo jamás pude pensar en llamar a una
chica ni quedar con ella para que no fueran deberes. No sé cómo has podido
dejarme a un lado así de esta forma.
- -Fui una inmadura, no sabía lo que tenía y no
quiero perderlo. Sé que es injusto, sé que me merezco lo peor por hacerte esto,
pero joder… ahora que siento que te pierdo sé que he sido una estúpida y no
quiero…
- -Necesito pensar, Celeste. No sé lo que tengo que
hacer.
- -Vale, yo ya me voy. Sólo quería hablar contigo
para explicarte un poco mejor las cosas. Pero quiero que tengas presente que
soy consciente de que me he equivocado, y de que no quiero perderte por nada
del mundo, ¿vale?
- -Sí… aunque no sé si debo creerlo.
- -Tienes mi teléfono. Llámame para lo que sea,
¿Vale? Por favor.
- -Sí, lo haré.
- -Te quiero. – le besé la frente. – Y prométeme
que vas a a comer, por favor, y que vas a salir de esta habitación, necesito
que estés bien.
- -Lo intentaré, ¿Vale?
- -Sí. Chao.
- -Adiós.